Dos en una

Nació con dos cabezas dentro de una. Nadie pareció notar su naturaleza bicéfala, pero dentro de ese cuerpo se libraba una batalla cada día, cada hora, en cada decisión. La coexistencia de las cabezas era salvaje, sin tolerancia. Al principio, eran cosas nimias: yo quiero ir aquí y yo allá; a mí me gustan los hombres y a mí las mujeres; quiero estudiar medicina y yo hacer malabares en los semáforos en rojo… A veces (muy pocas), llegaban a acuerdos. Entre aquellas concesiones estuvo nuestra boda. Nos casamos felices. Aunque pronto se hizo notar la convivencia tóxica, recargada, con demasiada gente bajo un mismo techo. Insoportable. Me abrumaban sus cambios bruscos de humor, incluso cuando nos acostábamos, era con una cabeza cada vez, asfixiante. Nunca sabía con quién hablaba y hasta creo que le cogieron el gusto a tomarme el pelo. Me harté de aquella debacle y, una noche, aconsejada por mi otra cabeza, le corté el cuello mientras dormía.

Artemisia_Gentileschi_-_Judith_Beheading_Holofernes_-_WGA8563

Judit decapitando a Holofernes (1612-1613). Óleo sobre lienzo (158,8 x 125,5 cm). Artemisia Gentileschi (1593-1653). Museo de Capidimonte (Nápoles). El enigma de una artista atípica y libre.

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