Ha fallecido en Cartagena a los 93 años Juan Carrión en este inicio de septiembre. Profesor de inglés durante toda su vida, su historia la desveló Adolfo Iglesias en el libro Juan & John (Circulo Rojo) y la inmortalizó en la gran pantalla David Trueba en una película memorable protagonizada por el gran Javier Cámara, al que vemos esta semana en la tercera temporada de Narcos como un capo del narcotráfico colombiano con una naturalidad pasmosa. Cada personaje de Javier Cámara es especial y me interesó mucho su papel de Juan Carrión en el film Vivir es fácil con los ojos cerrados por varios motivos que intentaré desgranar brevemente en estas líneas.
En primer lugar, porque es una historia sobre educación. Sobre educación en un momento en el que no había educación, o al menos otro tipo de enseñanza que hoy tratamos todavía de aniquilar. Juan Carrión fue un profesor fuera de su tiempo, y su apuesta por una metodología enfrentada a la memorística de la época bien le vale el calificativo de revolucionario. Empezó a enseñar inglés a través de una pasión confesa: la música de los beatles, y sobre todo, su letra. Enseñar lengua con la lengua viva, con la actualidad motivadora de los flequillos de la banda de Liverpool.
Por otro lado, es una historia de esas que te reconcilia con el mundo, siempre que un romántico empedernido decide enfrentar molinos de viento y buscar un imposible. La historia gira en torno a aquellos y aquellas que en su pequeño espacio buscan cambiar las cosas, aún sabiendo que hay detrás un muro. Pero nada es imposible. O eso al menos pensó Juan Carrión, que decidió viajar a Almería ante la noticia de que John Lennon, el gran John Lennon, había llegado para grabar la película Cómo gané la guerra. La historia se convierte entonces en un relato de viajes, pues los personajes que coinciden en sus diferentes peripecias crecen en torno al periplo que les ha unido en un viejo coche por las viejas carreteras de la España mediterránea de 1966. No voy a desvelar si Juan Carrión consiguió entrevistar a Lennon en la ficción o en la realidad (aunque ambas se confunden ya, como en el poema de Borges, pasados estos años), porque sería genial que vieseis la película, estimados inquietos culturales. Pero sí recordar ese momento en el que John Lennon paseó por las áridas tierras de los campos de fresas mientras un profesor de inglés conducía su coche camino de su ídolo para pedirle que incluyera las letras de las canciones en los discos, para que sus alumnos pudieran entender el idioma. Me gusta pensar que de esta historia, la de un músico iluminado y un profesor revolucionario en un pueblo de Almería, queda una de las más bellas canciones del siglo XX, Strawberry fields, strawberry fields forever. Uno de sus versos da título a la película, y a esta entrada.
Vivir es fácil con los ojos cerrados. Soñar, soñar escuchando esta canción. La realidad parece brillar más al despertar.
Ostres! Molt interesant. Grasies.
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