¿A dónde vas tan solita?

La otra noche me asusté. Iba caminando  de vuelta a casa después de un sábado de amigos y oí cómo detrás de mí aligeraban unos pasos. Pasos entaconados. Cruzó de acera y me adelantó desde el otro lado de la calle. Casi corría. La miré por el rabillo del ojo, se ajustaba el abrigo al cuello con una mano y con la otra agarraba fuerte … Continúa leyendo ¿A dónde vas tan solita?