Sobre un poema de Rubén Darío
Sentada en el fondo de un lago.
Ha perdido la sombra,
no los deseos de ser, de perder.
Está sola con sus imágenes.
Vestida de rojo, no mira.
¿Quién ha llegado a este lugar
al que siempre nadie llega?
El señor de las muertes de rojo.
El enmascarado por su cara sin rostro.
El que llegó en su busca la lleva sin él.
Vestida de negro, ella mira.
La que no supo morirse de amor y por eso nada aprendió.
Ella está triste porque no está.
Alejandra Pizarnik: En esta noche en este mundo
Poesía completa, (Lumen, 2018).
Una hoja se desprende de su rama y vuela tímida una veintena de metros arrobada por su futuro incierto. Un cabello ha escapado de su manada y recorre ansioso el viento, devorando calles y nubes, salvaje e indómito, inalcanzable. El polvo rojo del Sáhara atravesando miles de kilómetros de océano Atlántico para prosperar verde y abundante en el Amazonas. Mientras, yo sigo sentada en el fondo de un lago removiendo el fango negro con un palo, preguntándome por qué no estoy besándote ahora mismo. Ahora que mis labios todavía laten. El pecho temblando de pasión, el pecho hinchado por la agonía. Me abrazo al cuerpo que tengo delante y trato de conciliar el sueño, pero los vellos de su nuca me hacen cosquillas en la nariz.
Endroits à visiter, (fecha no encontrada). Rachel Baes (1912-1983); Museo de Bellas Artes de Amberes.