Hace mucho que no veo una luciérnaga. Las pillaba escondidas en algún matorral con su trasero verde encendido. Eran tímidas, pues cuando me asomaba entre la maleza al poco su luz se hacía tenue hasta desaparecer. Ya no hay luciérnagas, ni escarabajos negros. Recuerdo que me gustaba cogerlos para hacerles correr carreras de obstáculos, pequeños montículos de arena, hoyos, piedras que rodear… todo un pasatiempo. Ahora ya hasta las cucarachas negras han sido sustituidas por esas rojas aladas tres veces el tamaño de las otras. Dicen que las rojas se comieron a las negras. Aunque cada vez estoy viendo menos rojas. No se ve nada. Todo permanece en la memoria del subsuelo.
Los faustos del subsuelo, 1947. Leonora Carrington (1917-2011). La última de las surrealistas. Ha llenado exposiciones y exposiciones (Tate London, Tate Liverpool…) hasta crear su propia Fundación.