Los perros estaban inquietos esa noche. Los oía agitar sus cadenas recorriendo nerviosos la jaula, soltaban aullidos cortos y fuertes que eran como ladridos a medias. Los muertos se están levantando esta noche, me dijo mi hermana. Yo apreté el tabaco dentro de la boca de mi pipa y dije apoyado en la chimenea que se avecinaba tormenta. Son los muertos, quieren llevarse a alguien y mi hermana se santiguó tres veces. Me pidió que pasáramos la noche en la salita, no quería ir a su habitación. La chimenea se fue quedando en ascuas y, poco a poco, caí dormido con la pipa en la mano. Soñé con susurros y pasos de gente delante de la chimenea. Los aullidos de los perros me despertaron al alba y un trueno sonó rotundo quebrando el amanecer. ¿Ves? Te dije que habría tormenta, hablé a mi hermana mientras que su rostro yacía espantado y pálido mirando al techo.
Autumn evening, 1878. Óleo sobre lienzo (68 x 56 cm). Eilif Peterssen (1852–1928). Museo Nacional de Arte, Arquitectura y Diseño, Oslo. Pintor neorromántico.