Aprendí a fregar los platos sin hacer ruido. A la fuerza. Por mi padre. A mi padre le gustaba gozar de la siesta sin que una mosca volara a su alrededor, pero yo debía recoger toda la cocina para cuando él despertara. Lo escuchaba todo. Todo. Hasta el pasar la bayeta por la encimera. Tuve que aprender a base de palos y zapatilla en la cara. Hasta que pillé el truco de cómo lavar los platos sin el más mínimo ruido. Fue la tarde de mayor silencio, la tarde que sabía que por fin iba a librarme de los golpes y esa tarde, esa tarde, el maldito no despertó de la siesta.
Agnus Dei (Cordero de Dios), 1635-40. Óleo sobre lienzo (37,3 x 62 cm). Francisco de Zurbarán (1598-1664). Museo del Prado. Zurbarán realizó cinco versiones de este tema con muy pocas variantes entre sí.
Es buenísimo!!!!
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