Nos cruzamos en el mejor momento o en el peor, según se mire. Lo nuestro fue intenso, dudo si quizá eterno porque, aunque me laten en la boca tus mordiscos, a mí el sudor se me secó en el cuerpo. Tu aliento ahora resbala gélido por mi cuello y sólo sangre y tierra en mí todavía queda.
Los funerales de Atala, 1808. (207×267 cm) Anne-Louis Girodet de Roussy-Trioson (1767-1824). El discípulo que superó al maestro: Jacques-Louis David. Museo del Louvre.