Había una vez una niña que soñaba con ser pastelera, la mejor pastelera. Logró hacerse pastelera pero ser la mejor era un trabajo muy duro. Ella trabajaba duro pero el éxito se le resistía, siempre había otros con mejores texturas y masas de huevo. Entonces decidió que lo suyo era escribir. Y se puso a escribir mucho pero siempre había otros que se llevaban la etiqueta de intelectuales. Evidentemente, algo fallaba. O no. Aquella niña se dio cuenta de que su masa de huevo era tan rica como las otras y sus textos tan válidos como los de aquellos otros solo que el éxito simplemente no era para ella y ni falta que hacía.
La Pasarela, 1929. Óleo sobre lienzo. Del gran Gabriel Fernández Ledesma (1900-1983). Exposición temporal en el Museo del Palacio de Bellas Artes, México, desde 11 de marzo al 5 de junio de 2016.
Distinta perspectiva entre los que evalúan y son evaluados.